martes, 1 de abril de 2008

Gustavo Adolfo Becquer



Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla el miércoles de 17 febrero de 1876.La infancia del poeta hasta los cinco años,en que murio su padre.Déspues a los 11 muere su madre.
Protegido por su madrina y por su tío Joaquín Domínguez Becquer, importante pintor sevillano, el poeta aprende pintura y humanidades y estrecha relaciones en especial con su hermano Valeriano, que andando el tiempo se convertirá en importante pintor y protegera al poeta en momentos difíciles. Progresa el niño rápidamente, como demuestra su Oda a la muerte de don Alberto Lista, escrita en 1848. En 1853, Bécquer es ya un joven poeta que publica versos en revistas y periódicos locales, y que conoce a otros incipientes escritores que han de tener importancia en su vida, como Narciso Campillo, futuro editor póstumo de sus obras, o Julio Nombela, autor de unas importantes memorias que reconstruyen gran parte del periplo vital becqueriano. Los tres poetas forman una sociedad literaria y recogen sus poemas con la ilusión de publicarlos en Madrid y alcanzar fama.
Su educación literaria, dirigida en el Instituto sevillano por Francisco Rodríguez Zapata, discípulo del gran ilustrado Alberto Lista, es clasicista, con especial aprecio a los poetas latinos y españoles del Siglo de Oro, en especial, Fray Luis de León, Herrera o Rioja. A la búsqueda del ritmo musical, de la expresión ajustada y noble, se une una inclinación prerromántica hacia lo sublime: la emoción ante la noche, la muerte, la fragilidad humana, etc., tal y como habían cantado Young, Rousseau o Chateaubriand.
Volvieron en 1870, a un hotelito en las Ventas llamado La Quinta del Espíritu Santo. Convencieron a Eduardo Gasset para que fundase La Ilustración de Madrid, en la que el poeta sería el director y Valeriano dibujante. Colaboran estrechamente ambos hermanos en multitud de dibujos con texto, hasta que el 23 de septiembre de 1870 muere Valeriano. Rodríguez Correa, que ha prosperado mucho, se lleva al poeta y los hijos a un lujoso piso en la calle Claudio Coello, en el barrio de Salamanca.
Pero el poeta ya no resiste el golpe. Mientras agoniza, pide a Ferrán que queme sus cartas («serían mi deshonra»), que publiquen su obra («Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento de que muerto seré más y mejor conocido que vivo») y que cuiden de sus niños. Murió a las diez de la mañana, después de pronunciar las terribles palabras, reveladoras del desencanto que le embarga, «Todo mortal». En Sevilla había eclipse total de sol.
Inmediatamente, los amigos, especialmente Ferrán y Correa, iniciaron los trabajos para editar y financiar la publicación de las Obras Completas del malogrado amigo, que en sucesivas ediciones fueron incorporando la mayoría de los textos que hoy conocemos del poeta, afortunadamente salvados del olvido.





ALGUNAS DE SUS OBRAS.
-Al brillar un relámpago nacemos.
-Asomaba a sus ojos una lágrimas.
-Besa el aura que gime blandamente
-Cerraron sus ojos.
-Como se arranca el hierro de una herida
etc................

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